Clases de nubes para predecir el tiempo en montaña

Con las nubes podremos obtener información valiosa para saber el tiempo en un futuro cercano

Una de las muchas cosas que podemos hacer en un paseo por montaña, es observar la atmósfera e identificar distintas clases de nubes que adornan el cielo. Es un elemento climatológico que nos puede ayudar a predecir y analizar el tiempo simplemente identificando formas y colores, sin la necesidad de emplear sofisticados instrumentos y sirviendo como una importante fuente de conocimiento para valorar opciones según el tipo de ruta o expedición que estemos efectuando en montaña.

Definición

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) define nube como un “hidrometeoro consistente en una suspensión en la atmósfera de partículas minúsculas de agua líquida o de hielo, o de ambas a la vez, que en general no tocan el suelo; este conjunto puede también contener partículas de agua líquida o de hielo de mayores dimensiones y partículas no acuosas o partículas sólidas procedentes, por ejemplo, de gases industriales, de humo o polvo”.

Formación de nubes entre montañas

Según F. León y A. Quirantes definen una nube en su Manual de Idedentificación y Observación de las Nubes, como la materialización física y visual del vapor de agua atmosférico que, al cambiar de fase (líquida o sólida) y agruparse, forma estructuras que cubren total o parcialmente el cielo. La interacción de la luz solar con las gotitas y cristalitos de hielo hace que las nubes aparezcan, preferentemente blancas, otras veces son grisá- ceas e, incluso, negras ante la vista. Los rayos del sol al amanecer y atardecer adornan a las nubes de variados colores característicos. Una nube se puede definir como “una porción de aire enturbiada por el vapor de agua condensado en forma de goti- tas líquidas, pequeñas, numerosas, en cristalitos de hielo o en esferitas congeladas o por mezcla de ambos elementos”. Esta definición ha sido extraída del “Manual del Observador de Meteorología” del Instituto Nacional de Meteorología, INM.

Formación de las nubes

Para comprender la formación de las nubes, es importante entender cómo se generan a partir del conocido ciclo del agua. Una breve explicación llevada a cabo por Science for Changing World  en torno a este, ilustra como este no se inicia en un lugar específico, pero para su explicación tomará como referencia los océanos.

Ciclo del agua implicado en la formación de nubes. Fuente: USGS

El sol, que dirige el ciclo del agua, calienta el agua de los océanos, la cual se evapora hacia el aire como vapor de agua. Corrientes ascendentes de aire llevan el vapor a las capas superiores de la atmósfera, donde la menor temperatura causa que el vapor de agua se condense y forme las nubes. Las corrientes de aire mueven las nubes sobre el globo, las partículas de nube colisionan, crecen y caen en forma de precipitación. Parte de esta precipitación cae en forma de nieve, y se acumula en capas de hielo y en los glaciares, los cuales pueden almacenar agua congelada por millones de años. En los climas más cálidos, la nieve acumulada se funde y derrite cuando llega la primavera. La nieve derretida corre sobre la superficie del terreno como agua de deshielo y a veces provoca inundaciones. La mayor parte de la precipitación cae en los océanos o sobre la tierra, donde, debido a la gravedad, corre sobre la superficie como escorrentía superficial. Una parte de esta escorrentía alcanza los ríos en las depresiones del terreno; en la corriente de los ríos el agua se transporta de vuelta a los océanos. El agua de escorrentía y el agua subterránea que brota hacia la superficie, se acumula y almacena en los lagos de agua dulce. No toda el agua de lluvia fluye hacia los ríos, una gran parte es absorbida por el suelo como infiltración. Parte de esta agua permanece en las capas superiores del suelo, y vuelve a los cuerpos de agua y a los océanos como descarga de agua subterránea. Otra parte del agua subterránea encuentra aperturas en la superficie terrestre y emerge como manantiales de agua dulce. El agua subterránea que se encuentra a poca profundidad, es tomada por las raíces de las plantas y transpirada a través de la superficie de las hojas, regresando a la atmósfera. Otra parte del agua infiltrada alcanza las capas más profundas de suelo y recarga los acuíferos (roca subsuperficial saturada), los cuales almacenan grandes cantidades de agua dulce por largos períodos de tiempo. A lo largo del tiempo, esta agua continua moviéndose, parte de ella retornará a los océanos, donde el ciclo del agua se “cierra”…y comienza nuevamente.

Observación del cielo

Una nube, como bien queda expresado en el texto citado con anterioridad, no es sólo un adorno o un estético capricho de la atmósfera, es un fenómeno muy valioso del cual podemos obtener información meteorológica muy útil. Así lo entendieron los pastores, agricultores y marinos de épocas pasadas que realizaban análisis y predicciones locales del tiempo cuando se dedicaban a observar la presencia o ausencia de nubes en un lugar y lo relacionaban con el posible estado del tiempo para el futuro cercano o, incluso, a meses vistas. En algunas poblaciones indígenas de los Andes, de África y Oceanía, se sigue observando las clases de nubes en momentos determinados del año con el objeto de prever el régimen de lluvias a varios meses vistas y, así, planificar las cosechas. En España, la observación del viento, la nubosidad, la temperatura, etc. en determinados días del calendario permite, según los expertos en “las témporas”, realizar predicciones para los meses venideros. Por lo tanto, no es de extrañar que los hombres, cuyas vidas estaban tan ligadas a la intemperie, hayan observado desde tiempos remotos a las nubes para obtener alguna información sobre el tiempo venidero.

Observación de las clases de nubes formadas en la atmósfera. Fuente: pxhere

Así pues podemos decir que una nube, o un conjunto de ellas, no está en un lugar de una forma casual sino que obedece a un cúmulo de circunstancias de las cuales podemos obtener información cuando se observan in situ o cuando se tienen datos de ellas, en un momento dado, de muchas observaciones realizadas simultáneamente. De hecho, y dentro de las observaciones rutinarias y periódicas que se hacen en el mundo a horas determinadas, personas expertas dedican especial atención a la observación de las nubes. Se analizan a tenor de su tipo, su cantidad, su disposición vertical y horizontal, etc., y además se suministra información sobre la precipitación, intensidad, etc., que pueden llevar asociada. Todo ello se maneja en los partes meteorológicos del tiempo.

Clases de nubes según su forma

A principios del siglo XIX se dieron los primeros pasos para nombrarlas. En 1803 el científico inglés Luke Howard (1772-1864) presentó una clasificación basada en sus formas más habituales.

Luke Howard llamó a las nubes abultadas, que aparecen como amontonadas e hinchadas, Cumulus, que significa montón. A las nubes en capas se las denominó Stratus que significa capa o manto. Las nubes en forma de mechón de pelo las denominó Cirrus. A las nubes cargadas de lluvia, las denominó Nimbus, etc. En definitiva, conocer las distintas clases de nubes nos permitirá aventurar qué tipo de cambio en el clima puede darse y de este modo, ser capaces de prever el tiempo según la observación que hagamos del cielo.

Clases de nubes según su nombre

El Atlas Internacional de Nubes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) distingue diez géneros de nubes. Estos diez grupos principales se excluyen mutuamente: una determinada nube sólo puede pertenecer a uno de los géneros enunciados. Pero dentro de estos géneros se admiten nuevas subdivisiones en especies y variedades de nubes. A su vez, existen las denominadas clases de nubes especiales no incluidas en las especificaciones antes consideradas.

Nubes altas


  • Cirrus

Separadas en forma de filamentos blancos y delicados, o de bancos o bandas estrechas, blancas o casi blancas. Tienen una apariencia fibrosa, semejante a los cabellos de una persona.

Nube cirrus
  • Cirrocumulus

Banco, capa delgada o sábana de nubes blancas, sin sombras, compuestas por elementos muy pequeños en forma de granos, rizos, grumos, ondulaciones, unidos o separados y distribuidos con mayor o menor regularidad.

nube cirrocumulus
  • Cirrostratus

Velo nuboso, transparente y blanquecino, de aspecto fibroso (como cabellos) o completamente liso, que cubre total o parcialmente el cielo y que produce generalmente el fenómeno de halo.

Nube cirrostratus

Nubes medias


 

  • Altocumulus.

Banco, capa delgada o capa de nubes blancas o grises, o a la vez blancas y grises, que tienen sombras compuestas por losetas, masas redondeadas, rodillos, etc., las cuales son a veces parcialmente fibrosas o difusas y que pueden estar unidas o no.

Nube altocumulus
  • Altostratus

Lámina o capa de nubes, grisácea o azulada, de aspecto estriado, fibroso o uniforme, que cubre por entero o parcialmente el cielo, como una gran sábana extendida.

Nube Altostratus
  • Nimbostratus

Capa de nube gris, a menudo oscura, con un aspecto velado por la precipitación de lluvia o nieve que cae más o menos continuadamente desde ella. El espesor de la nube es lo suficientemente grande como para ocultar el Sol completamente.

Nube nimbostratus

Nubes bajas


 

  • Stratocumulus

Banco, sábana o capa de nubes grises o blanquecinas, que tienen casi siempre partes oscuras; compuestas por losetas, masas redondeadas, rodillos, etc., no fibrosas, que están unidas o no.

Nube stratocumulus
  • Stratus

Capa de nubes generalmente gris, con base uniforme, de la que puede caer llovizna, prismas de hielo o cinarra. Cuando el Sol es visible a través de la capa, su contorno se distingue claramente. Se presentan a veces en forma de jirones deshilachados.

Nube stratus

Nubes de desarrollo vertical


 

  • Cumulus

Nubes aisladas, en general densas y con contornos bien definidos, que se desarrollan verticalmente en forma de protuberancias, cúpulas o torres, y cuyas partes superiores convexas se parecen con frecuencia a una coliflor.

Nube cumulus
  • Cumulonimbus

Nube amazacotada y densa, con un desarrollo vertical considerable, en forma de montaña o de enormes torres. Parte al menos de su cima es generalmente lisa, fibrosa o estriada, y casi siempre aplastada; esta parte se extiende a menudo en forma de un yunque o de un vasto penacho.

Nube Cumulonimbus

 

Previsión del tiempo según las clases de nubes en el cielo

Una vez hemos identificado las clases de nubes que hay en la atmósfera, es importante saber que efecto pueden tener a corto o largo plazo en un cambio meteorológico. Interesante si estás desarrollando una actividad en montaña o pretendes predecir que tan buen tiempo te hará en una ruta alpina. A continuación, tomando como referencia datos sacados de la Organización Metereológica Mundial, podremos considerar según la nube lo siguiente:

 

  • Cirrus:

Cuando se presentan aislados son síntoma de buen tiempo, pero si avanzan organizados y aumentando progresivamente hacia el horizonte indican casi siempre un inminente y rápido cambio de tiempo; algún frente o borrasca se aproxima.

  • Cirrocumulus:

Salvo si aumentan considerablemente con el paso del tiempo no suelen indicar cambio de tiempo. Otras veces aparecen asociadas a corrientes en chorro a gran altura.

  • Cirrostratus:

Suelen ser la vanguardia de un frente cálido, aumentando su espesor según este avanza, por lo que su presencia puede asociarse con un significativo cambio de tiempo.

  • Altocumulus:

Aislados, son indicadores de buen tiempo. En aumento o mezclados con Altostratus indican la proximidad de un frente o de una borrasca. En estos casos pueden desprender precipitaciones pero siempre de forma muy débil.

  • Altostratus:

Asociados a frentes cálidos suelen dar lluvias o nevadas débiles continuas. La precipitación producida por los As suele ser de menor intensidad que la producida por los Ns.

  • Nimbostratus:

Suelen ocasionar lluvias o nevadas continuas de intensidad moderada. Están asociados fundamentalmente a los frentes cálidos. Después de los Cumulonimbus, son las clases de nubes que producen las precipitaciones más cuantiosas aunque su reparto sobre el terreno es de una manera más homogénea y uniforme.

  • Stratocumulus:

Se asocian al buen tiempo cuando en verano aparecen a media tarde como consecuencia de la evolución de los Cu de buen tiempo (Cumulus humilis y Cumulus mediocris). No son indicadores de cambio de tiempo.

  • Stratus:

Cuando producen nieblas suelen estar asociados a tiempo anticiclónico. Cuando aparecen debajo de As o Ns, se asocian a la presencia de un frente cálido.

  • Cumulus:

Los Cu de buen tiempo crecen en verano desde el mediodía hasta la puesta de sol, momento en el que suelen disiparse. Si existe un cierto grado de inestabilidad pueden progresar a Cu congestus y, en su caso, convertirse en Cumulonimbus, produciendo chubascos y tormentas.

  • Cumulonimbus:

Producen casi siempre tormenta con precipitaciones en forma de chubascos, de lluvia o de granizo, generalmente, aunque también pueden ser de nieve en invierno.

 

Curiosidades acerca de las nubes

Para concluir, acabaremos aportando algunos datos extraídos del documento de línea verde sobre curiosidades acerca de las nubes,

  • Las nubes son blancas porque cuando sus pequeñísimas gotitas son difundidas por la luz del Sol (que es blanca) se origina una completa escala de blancos y tonos grises.
  • Al atardecer las nubes se colorean de rojos y naranjas debido a la absorción de azul en la gruesa capa atmosférica que los rayos de luz tienen que atravesar en los momentos crepusculares.
  • Pero las nubes también pueden adquirir otras tonalidades cuando la luz que difunden no proviene directamente del Sol, sino del reflejo del mar o de la tierra.
  • Los esquimales utilizan este método para saber dónde hay agua para navegar con sus canoas durante el deshielo del Ártico. La nubes que están sobre el agua en vez de sobre el hielo adquieren una ligera coloración verdosa como resultado del reflejo del agua.
  • Los cumulonimbos de tormenta pueden alcanzar los 10 km de anchura y otros 10 km de altura. Estas clases de nubes acumulan gran cantidad de energía po lo que los vientos que se desarrollan dentro de ellas pueden llegar a alcanzar los 200 km por hora.
  • Puede llover sin necesidad de que caiga agua de arriba abajo; es decir, puede hacerlo “horizontalmente” y no “verticalmente”. Este es un fenómeno habitual en los bosques tropicales de África, Asia y América del Sur que se produce cuando el exceso de humedad ambiental condensa el vapor de agua a ras de suelo y forma bancos de niebla que llegan a ocultar la selva.
  • En algunas comunidades de los desiertos de Atacama, Namibia y del Yemen se instalan mallas “atrapanieblas” sobre las laderas. Cuando llegan los estratocúmulos destilan su humedad sobre estas redes, lo que permite captar el agua, que posteriormente es conducida a las poblaciones.

 

Referencias


  •  Lineaverdealgete.com. (2017). Línea VerdeAlgete. [online] Available at: http://www.lineaverdealgete.com/lv/consejos-ambientales/las-nubes/definicion-de-nubes.asp [Accessed 5 Sep. 2017].
  • Water.usgs.gov. (2017). El ciclo del agua (The Water Cycle): Organización de las Naciones Unidas para la Educación y USGS Water Science. [online] Available at: https://water.usgs.gov/edu/watercyclespanish.html [Accessed 5 Sep. 2017].
  • Organización Metereológica mundial. https://www.wmo.int/pages/index_es.html
  • Fotografía: Wikipedia
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