Sobreentrenamiento en escaladores. ¡Mucho no es siempre mejor!
Este sobreentrenamiento en escaladores se produce consecuencia de una inacabable búsqueda de la perfección en el rendimiento, muchos deportistas dedican tanto tiempo como pueden al entrenamiento, creyendo que cuanto más se entrenan, mejores resultados alcanzarán.
El ritmo de adaptación al entrenamiento de una persona es limitado y no se puede forzar más allá de la capacidad de su cuerpo para desarrollarse. Desgraciadamente, cada individuo responde de modo distinto a la misma tensión de entrenamiento, de forma que lo que puede ser un entrenamiento excesivo para una persona puede estar muy por debajo de la capacidad de otra. Por esta razón, es importante reconocer las diferencias individuales y tenerlas en cuenta al diseñar programas de entrenamiento.
Días y semanas repetidos de entrenamiento pueden construir una tensión considerable positiva que nos ayuden a experimentar cambios físicos relacionados con nuestra disciplina deportiva. Ahora bien, en muchas ocasiones consideramos que cantidad y calidad son sinónimos, juzgando las sesiones por el grado de cansancio con que que nos vamos a casa o, el número total de movimientos efectuados en el día.
Aunque el volumen de esfuerzo ejecutado en el entrenamiento es un estímulo importante para el acondicionamiento físico, existe la posibilidad de excederse, lo cual plantea problemas de fatiga crónica, enfermedades, síndrome de sobreentrenamiento o reducciones en el rendimiento. Todo ello causado por la falsa creencia de que no entrenar es igual a empeorar. Sin embargo, un descanso apropiado y reducciones en el volumen y la intensidad del entrenamiento pueden mejorar los resultados de forma considerable, es decir, descansando también nos ponemos fuertes.
Un programa de entrenamiento bien diseñado incorpora el principio de sobrecarga progresiva (para maximizar los beneficios del entrenamiento, el estímulo a trabajar debe incrementarse progresivamente conforme el cuerpo se adapta a esta nueva rutina. Finalmente, acabaremos adaptándonos a este nivel de estimulación y nuestro cuerpo para mejorar tendrá que aumentar nuevamente este estímulo de entrenamiento.)
Pero es probable, que nuestra planificación o improvisación en nuestras sesiones de escalada nos lleve a un entrenamiento excesivo en el que el volumen , la intensidad o ambas cosas se incrementan con demasiada rapidez, sin una progresión apropiada. Tal entrenamiento, con un volumen o intensidad demasiado alta no producirá ninguna mejora en el acondicionamiento o en el rendimiento y puede llevar a un estado crónico de fatiga asociado con el agotamiento del glucógeno muscular. Momento en el escuchamos frases del tipo: hoy no se que me pasa; estoy muy cansado de ayer, que estuve entrenandoL; ¡me duele todo! etc.
Magnus Midtbø en una de sus sesiones de entrenamiento. Partiendo de una correcta condición física podremos establecer metas reales de entrenamiento que nos ayuden a mejorar nuestro rendimiento sin sobreentrenarnos o lesionarnos en el camino.
Sobreentrenamiento
Muchos escaladores están obsesionados con el entrenamiento. Algunos intentan hacer un esfuerzo mayor del que pueden tolerar fisicamente. Esto se llama sobreentrenamiento. Cuando esto ocurre, el estrés del entrenamiento excesivo puede superar la capacidad del cuerpo para recuperarse y adaptarse, lo cual produce más catabolismo (descomposición) que anabolismo (acumulación).
Como resultado, encontraremos un detrimento en nuestro rendimiento físico que nos podrá afectar, además de físicamente también psicológicamente. La escalada es un deporte muy agresivo para nuestras estructuras tendinosas, óseas y musculares. Es por ello, que debemos considerar correctos periodos de reposo en donde valoremos la posibilidad de dar tiempos de descanso a nuestro organismo, que permita la correcta adaptación de nuestras estructuras a los nuevos estímulos derivados del entrenamiento. Ello nos hará escaladores más fuertes, nos lesionaremos menos y seremos capaces de escalar más y mejor por más tiempo evitando errores de este tipo.
Para concluir, aconsejaremos de forma genérica un reposo activo de entre 5 y 7 días (correr, bicicleta, musculación, escalada a tu 30%, etc) tras 3 o 4 semanas de entrenamiento. Esto debería ser suficiente para evitar el temiendo entrenamiento excesivo o síndrome de sobreentrenamiento en escaladores.
Referencias:
Wilmore, J. & Costill, D. Fisiología del esfuerzo y del deporte. Editorial Paidotribo.
COMPARTIR
[…] Hace ya algún tiempo escribimos un completo artículo en torno a este síntoma deportivo titulado: Sobreentrenamiento en escaladores. ¡Mucho no es siempre mejor! […]
[…] que debemos de dejar al organismo para que pueda supercompensar y evitar de este modo, un sobreentrenamiento que pueda lesionarnos, son un elemento importantísimo a considerar en la planificación de […]